Dictan detención a concejal sin votar el desafuero. ¿Gloria o destrucción?
Lo primero que un político debe defender es el
Estado de derecho. El pedido de detención al concejal y exintendente, Héctor “Chabay”
Ruiz, viola el sistema normativo provincial y la Carta Orgánica de La Banda,
¿por qué? Porque el juez Raúl Santucho debió solicitar el desafuero del edil
con anterioridad a la medida.
20 años en el poder. Ruiz está prófugo. Allanaron las propiedades de parientes. Juega con Sergio Massa, su protector político. |
La maniobra es más política que jurídica. Chabay
tiene mayoría en el Concejo bandeño y el juez oficialista no quiso errar. Todas
las cartas orgánicas comunales defienden la inmunidad parlamentaria, no pueden
ser molestados por la Justicia, salvo en flagrante delito. Aun así se debe
pedir el desafuero al cuerpo de legisladores municipales.
Al margen de los que quieren la muerte política de
Chabay, y los que promueven la resurrección, la ciudadanía debe elegir un
camino: estar a favor de la Constitución o en contra.
Ajustarse a derecho. El juez Raúl Santucho, quien
estuvo en Las Termas de Río Hondo, y su accionar fue dudoso en varios casos,
pero no fue denunciado al Consejo de la Magistratura. Buscó la salida política
para detener al concejal denunciado por supuesto abuso sexual agravado y otros
cargos.
Hay elementos de la causa que se desconocen. Los
medios hegemónicos o dominantes escriben contra el concejal bandeño y la
ciudadanía observa el show, porque estima que es un armado político para
destruir al líder.
Todo parece una revancha.
La causa Chabay puede acercarse a un conflicto por
el ego herido. El concejal dijo algo vinculado a la intimidad femenina de la
gobernadora Claudia Ledesma, y el poder respondió con los resortes del Estado.
Si el ego está herido, la venganza no puede ser
subsanada por las estructuras del Poder Judicial. Es algo irrisorio usar a los
jueces santiagueños, de manera indirecta; cuando en la nación los magistrados investigan
al Ejecutivo.
La Provincia necesita garantizar la independencia de
los poderes; y el pleno funcionamiento del Consejo de la Magistratura, órgano
que supervisa el desempeño de los jueces. Y por la causa Chabay se ingresó al
sendero de la sinrazón, de la vendetta, que tal vez deba curarse con la acción
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El ego herido sana con el perdón, y no con el bombardeo
mediático y judicial.
La historia del mandamás que está por encima del
Estado de derecho es una constante y el cambio vino siempre con el remedio
federal, desde arriba, desde afuera.
Criterio. Romper con los autócratas lleva tiempo,
consciencia y coraje. El aprendizaje es lento: hacen falta miles que promuevan
las libertades públicas, pero sin favorecer, ni perjudicar a cualquier tirano camuflado.
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